

Descripción enviada por el equipo del proyecto. Desde el primer gesto al abrir las puertas principales con ambas manos y empujarlas hacia adentro, el mar se afirma como el protagonista absoluto de la casa. Esa fue la clara solicitud de los propietarios: que el paisaje se revelara en un solo movimiento. Ubicada en Bahía de Banderas, México, esta casa para una pareja de extranjeros retirados se despliega sobre un terreno de 2,350 m2.


El proyecto, diseñado por o.d.e. (Oficina Documental de Espacio), desarrollado en colaboración con BT DEV y meticulosamente construido por TUCA, toma esta intención como punto de partida para diseñar una residencia donde el acto de habitar se configura en torno a la contemplación. El enfoque conceptual del proyecto se inspira en Piazza d'Italia con Fuente (1969) de Giorgio de Chirico.


Las referencias al pintor italiano se traducen en una arquitectura simétrica, serena y metafísica, donde la geometría, el silencio y la proporción se convierten en vehículos para la contemplación. La disposición de la casa está definida por un eje central: un pórtico que estructura y conecta. Este espacio organiza los espacios—dormitorios en los bordes, áreas sociales en la parte trasera—y enmarca la vista hacia la bahía mientras mejora la ventilación cruzada natural.

De esta manera, el mar se convierte en una presencia constante en la vida diaria. Las áreas sociales—sala, comedor y cocina—se abren completamente al paisaje, mientras que los dormitorios, orientados hacia el norte con vistas controladas hacia patios laterales, ofrecen privacidad sin perder el confort climático. La exigencia de la comunidad residencial por techos inclinados se abrazó como una oportunidad.


Se utilizan techos de madera a dos aguas dentro de la casa como un guiño a la arquitectura mexicana tradicional, reinterpretada a través de un lenguaje contemporáneo, sobrio y atemporal. Los pórticos y corredores que conectan el interior y el exterior funcionan como transiciones fluidas, creando un diálogo continuo entre los espacios cerrados y el jardín.


Ofrecen una secuencia rítmica de esbeltas columnas de madera y techos ligeros, con una estructura elegante que enfatiza la conexión visual con los jardines y la bahía. Para el diseño interior, Adriana Olmedo, en colaboración con el propietario, optó por materiales que interactúan con el entorno y refuerzan una atmósfera cálida y local.


La piedra de cantera, la madera y el mármol crean una paleta armónica, elegida tanto por su estética como por su confort térmico. Muebles diseñados a medida refuerzan la unidad entre el espacio y el habitante. El ecosistema local inspiró una estrategia de paisajismo consciente, desarrollada en colaboración con Estufa Forestal.

Se seleccionaron especies nativas adaptadas al clima costero con el objetivo de crear un jardín resistente y estable en armonía con su contexto. "Su deseo era abrir las puertas principales hacia adentro con ambas manos y ser recibidos de inmediato por el mar," recuerdan los arquitectos Andrés Guzmán, Alejandro Gutiérrez y Rafael Barbato de o.d.e. La Casa Bahía de Banderas es una residencia donde el mar deja de ser un mero telón de fondo y se convierte en una presencia diaria—esencial para la experiencia de habitar el espacio.
















